lunes, 29 de diciembre de 2014

Un marinero jodido

El marinero observaba desde lo alto del acantilado. Aquel que antaño cortaba las olas con su velero, ahora esperaba que el mar se rompiese contra las rocas. Perdido y desorientado, huérfano de ningún faro que le ilustrara donde ir, cómo levantarse, o cuando desvanecer. Amarrado a la última copa de agua salada; a un paso del abismo, y dos de la liberación.

Un marinero jodido por despreciar el futuro, y astillado por enamorarse del pasado. Ahora, solo queda esperar. La ola más violenta pronto llegará, capaz de quebrantar todo su cuerpo y alma en un suspiro.