domingo, 3 de julio de 2016
I just called to say love you
Jenny, que te quiero un montón. Que te lo digo de verdad, cari. Que te veo así, con esos ojazos y ese escote, y se me ponen tós los pelos de punta, y el corazón empieza, pum, pum pum, mierda, que parece un taladro de esos de los paletas de las obras. Que se me mueve tó por dentro y me pones burro, ostia puta, Jenny, que me pones burro.
Joder cari, que te lo digo en serio. ¿Dónde vas?¡Espera un momento, que te lo digo en serio! Tia, que yo sin ti no soy nada, que soy como, como una, joder, como, no sé Jenny, no sé... Joder Jenny, que te necesito, que me mola tenerte cerca, ir en coche juntos, entrar a los sitios. ¡Jenny, coño, que te estoy hablando, joder! Me cago en la puta... es que me pones de los nervios, ostia. Joder Jenny tía, cariño, amor, bomboncito. ¡Jenny! Que vengas aquí joder, ¡que vengas aquí Jenny!
¡Jenny! Que... ¡I just called to say love you!
martes, 28 de junio de 2016
Hasta luego, Bud
Hace mucho que no escribía en el Blog; la vida da muchas vueltas, y no es que haya tenido todo el tiempo que quisiera, y si lo tenía, prefería otros quehaceres. Pero hoy, es el día ideal para volver a escribir.
Esta noche me he enterado que ha muerto Bud Spencer. Sí, Bud Spencer. Ese tipo grandullón, con los ojos casi cerrados, fácil de enfadar, pero bonachón y de buen corazón. Ese personaje que con sus películas sencillas y sin pretensiones, hizo disfrutar a millones de familias en todo el mundo en la época de los 70-80-90. ¡Ni más ni menos que tres décadas!
Pero está claro que a Bud Spencer lo recordaremos por sus peculiares películas. En especial, acompañado por Terence Hill, otro personaje tremendamente interesante. Ellos dos, hicieron pasar unas tardes de sobremesa fantásticas a muchas familias. Unieron a nietos, padres, y abuelos, sin más necesidad que divertir durante poco más de una hora con el pretexto de mamporrazos y situaciones absurdas. En mi caso, siempre que pienso en aquellas películas, me viene a la cabeza las risas de mi abuelo, y como era el pretexto perfecto para disfrutar delante de la pantalla. ¡Aquellos tipos pegaban con gracia!
Hace año y medio, paseando por mi barrio, encontré un cofre con "las 20 mejores películas de Bud Spencer y Terence Hill". Lo primero que pensé, es que tenían que ser mías. Y lo segundo, es que una vez en mis manos, las disfrutaría en compañía de mi hijo. Como mi abuelo las disfrutaba conmigo. Porque esos momentos que parecen tan sencillos, tan irrelevantes, a veces son los que te hacen sentir mejor y añorar con más fuerza tiempos pasados.
Bud Spencer seguirá metiendo hostias como panes en el cielo, de eso estoy seguro. Y lo mejor de todo, es que personas como mi abuelo, estarán más entretenidas. Un abrazo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)