De anécdotas con personas del mundo de la fama, me han sucedido bastantes. Lógicamente, no todos son amigos y ni mucho menos íntimos, pero si conocidos que en situaciones, como suele ocurrir cuando saludas a alguien por la calle, te enzarzas en una mínima conversación. En cambio, algunas de estas personalidades mediáticas, sí que confiaron en mi algo más que migajas dialécticas.
Así a bote pronto, recuerdo una conversación con Johny Deep, tomándonos un par de cervezas y unas bravas en un pequeño bar de Barcelona, en que me confió observaciones que le tenían un tanto preocupado por aquel entonces. -Ostias Dani, es que a veces le doy vueltas y no creas, me asusta mi nombre y apellido, me da mal rollo-. Se mostraba el bueno de Deep algo angustiado porque su propio apellido, "Deep", podía parecer, según se pronunciaba, un "descanse en paz (d.e.p.)". Y claro, "Johny Dep", así dicho seguido, no le hacia ni pizca de gracia. Tenía la sensación de que las personas deseaban su muerte. Claro, que yo sencillamente le comenté que era una coincidencia, que no debía darle más vueltas. - Ay Johny, Johny, no les des más vueltas. Es sencillamente la sonorización de tu nombre, nada más. Has hecho demasiadas películas con Tim Burton y eso también puede influir en esas idas de olla; deberías hacer alguna comedía, tipo Agárralo como puedas, y alejarte durante una temporada de esos filmes.-
Después se hizo el silencio. Ninguno de los dos dijo nada. Johny se quedó pensativo, y seguidamente agarró su jarra de cerveza, como si quisiera calmar su angustía tocando aquellas gotas frías que se deslizaban con suaves contorneos hasta chocar contra la mesa. Bajó la mirada, respiró con fuerza y decisión, y me miró fijamente. -Thanks- me dijo, con una sonrisa tímida, como un esbozo en una hoja de papel.
En un mail que recibí hace unos meses, Johny me recordó aquella conversación y me aseguró que estaba muy agradecido por mis palabras, y que le habían ayudado mucho. Pues de nada Johny, de nada.
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