A pocas horas de darse a conocer la adjudicación de los Juegos Olímpicos de 2020, donde Madrid es una de las tres finalistas junto a Tokio y Estambul, me pongo a hojear diferentes diarios nacionales, tanto de carácter serio, como humorístico. Y es en esta faceta, donde llego hasta el panfleto deportivo Marca. Allí, entre las numerosas noticias relacionadas, puedo leer una entrevista a Felipe Reyes, el jugador de baloncesto del Real Madrid, en la cual afirma: "Tokio y Estambul no tienen tan grandes deportistas como España". Después de leer esto, suspiro, cierro los ojos, y con calma, vuelvo a abrirlos. Entonces, me viene a la cabeza la soberbia española. Aquella que está presente en la manera de hacer, desde tiempos inmemoriables, en parte de sus ciudadanos, y representada ejemplarmente por políticos y famosos. Dicha soberbia, viene dada muchas veces por puro egocentrismo, pero desgraciadamente, en otras oasiones, es sencillamente por ignorancia, por paletismo nacional.
El señor Reyes debería entender que para ensalzar la candidatura española, no hace falta menospreciar al resto, y mucho menos, desde la ignorancia. Es cierto, en España hay deportistas de gran renombre internacional. Sobretodo en deportes como fútbol, baloncesto, tenis, balonmano, etc. Pero quizá este señor no entiende que unos juegos olímpicos se componen de deportes olímpicos, quizá no de tanta repercusión como los citados, pero igual de importantes y respetables. De hecho, son los éxitos de estos deportes minoritarios, o no tan famosos, los que miden la verdadera infraestructura y organización deportiva de un país.
Pero volviendo a la frase citada, menospreciar al resto de países sin informarse, es hacer el ridículo. Porque el señor Felipe debería revisar el medallero Olímpico, donde apreciaría que incluso en la mejor época del deporte Español, Japón nos duplica o triplica en éxitos. Sin ir más lejos, en los pasados juegos, Japón consiguió 38 medallas (7 de oro, 14 de plata, y 17 de bronce). Mientras que España, se quedó en 17 medallas (3 de oro, 10 de plata, y 4 de bronce). Aún así señor Reyes, ¿no conoce ningún deportista japonés? Pues hágaselo mirar, quizá es que entiende del resto de deportes como la señora Ana Botella de inglés.
Pero que más da. El señor Reyes llega a Buenos Aires para reforzar la candidatura, diciendo sandeces o mentiras, mostrando soberbia o ignorancia. También están por allí muchos más deportistas españoles de renombre; acompañados por políticos corruptos y de dudosos conocimientos deportivos. Todos, viajan con nuestro dinero, está claro. Toda la candidatura está subvencionada con el dinero de los ciudadanos de un país que se retuerce de dolor, que vive una época de austeridad económica, con un paro alrededor del 26%, y rebajando servicios sociales como sanidad y educación. Como pretexto, nos dicen que es algo necesario y que supondrá un empujón enorme para cambiar esta situación. Nos aseguran que no solo saldrá ganando Madrid, sino todas las regiones de este resquebrajado país. Otra vez más, como en el caso de Felipe, uno no sabe si es por la manía de mentir, o si es por pura ignorancia. Si no, que se lo pregunten a Grecia, que celebró los Juegos Olímpicos de 2004. ¿Mejoró el país? ¿Les dio un empujoncito? Sí, sí, los Griegos desde entonces viven de "puta madre".
Pero bueno, veremos que pasa esta noche. Ya falta menos para saber si nuestros políticos podrán venirse con la sonrisa de saber que a partir de hoy, podrán volver a sacar partido de la construcción, adjudicar obras a dedo, y embolsarse parte de ellas. Al tiempo que miles de personas hacen de voluntarios sin cobrar ni un solo euro para que podamos presumir ante el mundo de tener espíritu olímpico. ¿Espíritu Olímpico? Los cojones.
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sábado, 7 de septiembre de 2013
jueves, 21 de marzo de 2013
Apareció un pájaro cruzando el cielo azul
De repente, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Poco después, una hora más tarde, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Y al marcar la hora sucesiva, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Entonces, al cabo de una hora, puntualmente, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Por si fuera poco, otra hora después, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Y pasados sesenta minutos de reloj, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Después de otra hora, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Pasada una hora más, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Y Justo a la siguiente hora, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Pero terminados otros sesenta minutos, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Asimismo, al marcar una nueva hora, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Y una hora después, mientras el cielo mantenía su color, apareció un pájaro cruzando el cielo azul. Poco a poco llegó la noche, y decidí dejar de mirar por la ventana. Cené, miré el televisor, y me fui a dormir. Me desperté a la mañana siguiente. Cogí el cuenco de cereales, y me quedé mirando frente a la ventana; el cielo estaba azul.

martes, 4 de diciembre de 2012
Reflexiones de una persona aburrida: el cepillo de dientes
No sabía qué hacer realmente, así que me dije, oye, pues lávate los dientes, aunque sea por segunda vez y seguramente no exista ninguna necesidad. Me adentré en el lavabo, y localicé mi cepillo de dientes a pocos centímetros de la pica. Lo agarré con mis manos, y de repente, tuve una observación. ¿Cepillo de dientes? ¿Por qué?
¡No! No está compuesto por dientes, ni pertenece a ningún señor que se denomine Dientes. Su nombre, me di cuenta después de reflexionar, era erróneo.
Sí, a partir de ahora, le llamaré "cepillo para los dientes". Ahí está, ese es su nombre. Llevábamos décadas equivocados. Pero de nada, para eso estamos.
Sí, a partir de ahora, le llamaré "cepillo para los dientes". Ahí está, ese es su nombre. Llevábamos décadas equivocados. Pero de nada, para eso estamos.

jueves, 15 de noviembre de 2012
Post-vaga en pre-campaña
Después de un día de vaga general, donde cientos de piquetes me increparon para que no escribiese en mi reconocido blog, y aquí desayunando tranquilamente en casita, viendo la televisión autonómica TV3, comienzan los clásicos anuncios electorales. ¡Cómo se echaban de menos! Y que políticos tan humanos tenemos; que preocupados e involucrados. Siempre rodeados de personas normales, como nosotros.
Y ya llega Mas, el Mesías catalán; pero recuerde señor Artur: a veces más, es menos.
Y ahora aparece en Pere Socialista Catalán. Señor Navarro, he visto piedras en la montaña con más personalidad que usted.
Vaya, la pantalla se vuelve azul; la señora Sanchez Camacho ya está aquí: señora Camacho, las mismas piedras de antes, tenían el doble de expresividad que usted; porque más que votos, parece que usted pide votox.
Ahora ya si que no veo nada. Ah, espera, zoom hacia atrás, zoom out para los cinéfilos; hombre, ¡Papa Junqueras! A usted no le puedo decir nada, ¿cómo podría? ¡Si dan ganas de achucharlo como un osito!
Oigo una voz, pero veo... ¿Tres candidatos? Espera, ah no. Es eco-Herrera y su velocidad radioactiva. A ver señor Herrera: deje el café aunque sea de Comerç Just, y tome algo de tila aunque sea Pompadour.
¿Y los demás partidos? Ah claro, que ya dije que era TV3. Pues nada, que vienen los deportes. Messi, Xavi, Ronaldo,... Continuamos lejos de los humanos de calle.
Y ya llega Mas, el Mesías catalán; pero recuerde señor Artur: a veces más, es menos.
Y ahora aparece en Pere Socialista Catalán. Señor Navarro, he visto piedras en la montaña con más personalidad que usted.
Vaya, la pantalla se vuelve azul; la señora Sanchez Camacho ya está aquí: señora Camacho, las mismas piedras de antes, tenían el doble de expresividad que usted; porque más que votos, parece que usted pide votox.
Ahora ya si que no veo nada. Ah, espera, zoom hacia atrás, zoom out para los cinéfilos; hombre, ¡Papa Junqueras! A usted no le puedo decir nada, ¿cómo podría? ¡Si dan ganas de achucharlo como un osito!
Oigo una voz, pero veo... ¿Tres candidatos? Espera, ah no. Es eco-Herrera y su velocidad radioactiva. A ver señor Herrera: deje el café aunque sea de Comerç Just, y tome algo de tila aunque sea Pompadour.
¿Y los demás partidos? Ah claro, que ya dije que era TV3. Pues nada, que vienen los deportes. Messi, Xavi, Ronaldo,... Continuamos lejos de los humanos de calle.

lunes, 15 de octubre de 2012
Si Castilla la mancha...
Si Castilla la Mancha, que Castilla la lave, oye, que estoy harto de lavar yo siempre.
Si Andalucia, pues dejala que ande, que nunca viene mal algo de ejercicio.
Si Manresa, pues que reze, hombre que reze, a ver si por ser inglés no va a poder.
Si Majadahonda, pues cógela, no seas tonto, que salen tan buenas como las Yamaha.
Si Las Rozas, pues después no te quejes si se cabrean, se giran, y te dan un bofetón.
Si Leganés, pues que lo acepte con señorío, que otro día yo perderés.
Si Parla, pues escolta, que parli, que mejor eso que no estar callada sin decir nada.
Si Zaragoza, pues mira, que disfrute, que por lo menos alguien esté contenta.
Si Talavera de La Reina, pues que tale, que para uno de la monarquía que hace algo...
Si Segovia, pues deja que se tranquilice un poco, que la gente últimamente se estresa por nada.
Si Palma de Mallorca, pues mejor que morirse de cualquier otra cosa.
Si Donostia se enfada, mejor no estés delante, que este señor las reparte como panes.
Si Elda, pues aprovecha, que hoy en día todo se paga.
Si Cantabria, es que tenía las llaves, porque la puerta estaba cerrada.
Si Córdoba, pues que vaya, pero si después le pasa algo que no se me venga quejando.
Si Torrevieja, pues que la rehabiliten, pero no con mi dinero, que hay cosas más importantes.
Si Lérida, es demasiado profunda, pues que se vaya a urgencias.
Si Fuenlabrada, pues fue allí, que le vamos a hacer, no voy a insistir que podría haber sido en otro sitio.
Si Elche, que vara. Que ya me tiene agobiado.
Si Ciudad Real, pues asúmelo: que no es de men-ti-ra.
Si Andalucia, pues dejala que ande, que nunca viene mal algo de ejercicio.
Si Manresa, pues que reze, hombre que reze, a ver si por ser inglés no va a poder.
Si Majadahonda, pues cógela, no seas tonto, que salen tan buenas como las Yamaha.
Si Las Rozas, pues después no te quejes si se cabrean, se giran, y te dan un bofetón.
Si Leganés, pues que lo acepte con señorío, que otro día yo perderés.
Si Parla, pues escolta, que parli, que mejor eso que no estar callada sin decir nada.
Si Zaragoza, pues mira, que disfrute, que por lo menos alguien esté contenta.
Si Talavera de La Reina, pues que tale, que para uno de la monarquía que hace algo...
Si Segovia, pues deja que se tranquilice un poco, que la gente últimamente se estresa por nada.
Si Palma de Mallorca, pues mejor que morirse de cualquier otra cosa.
Si Donostia se enfada, mejor no estés delante, que este señor las reparte como panes.
Si Elda, pues aprovecha, que hoy en día todo se paga.
Si Cantabria, es que tenía las llaves, porque la puerta estaba cerrada.
Si Córdoba, pues que vaya, pero si después le pasa algo que no se me venga quejando.
Si Torrevieja, pues que la rehabiliten, pero no con mi dinero, que hay cosas más importantes.
Si Lérida, es demasiado profunda, pues que se vaya a urgencias.
Si Fuenlabrada, pues fue allí, que le vamos a hacer, no voy a insistir que podría haber sido en otro sitio.
Si Elche, que vara. Que ya me tiene agobiado.
Si Ciudad Real, pues asúmelo: que no es de men-ti-ra.

miércoles, 25 de enero de 2012
Un socorrista en el Salvador
Un carpintero en Madeira; un verdulero en Bruselas; un cocinero en Frankfurt; un florista en Florencia, y otro en Florida; un barman en Ginebra; un frutero en Macedonia; un cervecero en Malta; un marinero en Puerto Rico; un talador en la Sierra; un físico en Valencia; un militar en Granada; un aviador en Buenos Aires; un joyero en Mar del Plata; un curandero en Brujas; un panadero en Viena, y otro en Panamá; un pastelero en Santiago, y otro en Sucre; un domador en Lyon; un pizzero en Isla Margarita; un banquero en Costa Rica; un policía en Polinesia, y otros tres en Tripoli; un doctor y sacerdote en Curaçao; un ginecólogo en los Paises Bajos; un barbero en Barbados; un sastre en las Bermudas, otro en Abuja, y otro en Jersey; un pescador en Anguila; un sargento en Cabo Verde; un vagabundo en Ghana; un socorrista en El Salvador; un cristiano en Santa Fe; un marisquero en Gambia; un minero en Honduras; un pescador en Islas Salomón; una prostituta en Islas Virgenes; una chacha en Lieja; un astronauta en Houston; un dictador en Tirana; un pacifista en La Paz; un surfista en Praia; un nadador en Ottawa, y otro en Managua; un sacerdote en San José; un técnico de elevadores en Suva; un jugador de poker en Yakarta; un profesor de aeróbic en Nairobi; un carnicero en Biskek; un sucio en Damasco, y un limpio en Malabo; un cristalero en Vientiane; un lingüista en Lilongüe; un urólogo en Numea; un dentista en Mascate; un herrero en Lima; un encantador de serpientes en Lisboa; un moroso en Pago Pago; un jugador en Victoria, y otro en Vitoria; un detective en Colombo; un productor de cine en Montevideo, y otro en Columbia; un asesino en Mata-utú; un pagés en Hararé; un medico en Saná; un atleta en Sudán; un enano en Micronesia; un ciego en Berna; un fiestero en Santo Domingo; un humorista en Riad, y otro en San José de Chiquitos; un bonachón en Amman; un músico en Little Rock; un tímido en Colorado;
...y un aburrido aquí sentado.
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viernes, 7 de octubre de 2011

sábado, 20 de agosto de 2011
El Sol también es inalámbrico
En estos tiempos que el Wi-Fi está de moda y que parece que estas ondas que vuelan por el aire son lo más, me planteaba, ¿Había algo similar antes que el Wi-Fi? Ahora, vas a cualquier sitio, sacas tu portátil, smartphone, o lo que sea, y encuentras un enorme número de redes viajando por el aire; que si la comtrend de la típica víctima de telefónica que ni sabe que le han puesto en casa, la Juan y Patricia, que guay, somos felices y lo queremos dejar claro para todos los vecinos, o la del típico friki que experimenta semanalmente cambios de contraseñas, nombres, y demás configuraciones, pensando que así nadie abusara de su tan preciado tesoro y fliparán con su nivel informático. Pero antes de todo esto, ¿Qué había por el aire?
Hombre, teníamos las ondas de radio, ¿no? Ahora que hay tanta incertidumbre sobre las futuras repercusiones del Wi-fi o del propio móvil, también deberíamos plantearnos por qué nadie nombró nunca las ondas de radio o de televisión, por poner otro ejemplo. Lo mismo estas señales analógicas, pero también nómadas del aire, nos dejaron medio tontos, nunca se sabe. La cuestión es que desde que nacimos, hemos estado rodeados, incluso en aquellos momentos donde pensábamos que nadie nos observaba y dimos rienda suelta a nuestros más oscuros pensamientos. No seáis mal pensados, hablo de levantarse a escondidas para comerse un helado, o acabar la barra de chocolate que está en el armario.
Y dicho todo esto, voy a lo que voy. Total, que pensando y pensando, como quién no tiene nada mejor que hacer, encontré la onda más antigua: el Sol. ¡Joder! Pensé. Tanto rollo de nuevas tecnologías, y el sol lleva toda su vida haciendo uso del Wi-fi, Wireless, o como lo queráis llamar. ¿Os imagináis que el pobre hubiese tenido que utilizar cable para darnos su energía? Estaría media humanidad enredada, y sin duda, las muertes por asfixia serían desesperantes. Por no decir que las pobres plantas más que hacer la fotosíntesis, parecerían seres en la UVI, con cables por todos lados y sin decir ni pío. Pero no, la naturaleza es sabía, y ya vio que el futuro sería inalámbrico.
Hombre, teníamos las ondas de radio, ¿no? Ahora que hay tanta incertidumbre sobre las futuras repercusiones del Wi-fi o del propio móvil, también deberíamos plantearnos por qué nadie nombró nunca las ondas de radio o de televisión, por poner otro ejemplo. Lo mismo estas señales analógicas, pero también nómadas del aire, nos dejaron medio tontos, nunca se sabe. La cuestión es que desde que nacimos, hemos estado rodeados, incluso en aquellos momentos donde pensábamos que nadie nos observaba y dimos rienda suelta a nuestros más oscuros pensamientos. No seáis mal pensados, hablo de levantarse a escondidas para comerse un helado, o acabar la barra de chocolate que está en el armario.
Y dicho todo esto, voy a lo que voy. Total, que pensando y pensando, como quién no tiene nada mejor que hacer, encontré la onda más antigua: el Sol. ¡Joder! Pensé. Tanto rollo de nuevas tecnologías, y el sol lleva toda su vida haciendo uso del Wi-fi, Wireless, o como lo queráis llamar. ¿Os imagináis que el pobre hubiese tenido que utilizar cable para darnos su energía? Estaría media humanidad enredada, y sin duda, las muertes por asfixia serían desesperantes. Por no decir que las pobres plantas más que hacer la fotosíntesis, parecerían seres en la UVI, con cables por todos lados y sin decir ni pío. Pero no, la naturaleza es sabía, y ya vio que el futuro sería inalámbrico.

jueves, 23 de diciembre de 2010
Cuando los ricos quieren ser más ricos
La "ley Sinde" llegaba a su cita de aprobación en el congreso con buena salud; pero después de la marcha atrás de algunos grupos, que seguramente habrán primado su reputación social por encima de las presiones y convicciones internas, la ley empieza a dar coletazos y parece agonizar. Las reacciones por diferentes bandos no se han hecho esperar. Internautas y no internautas, que no se encuentran en las altas esferas de la sociedad, han aplaudido mayoritariamente el desenlace; mientras, algunos creadores de élite -entendemos, con dinero y notoriedad social-, han expresado su malestar por la marcha atrás de esta ley que quiere mutilar parte de la libertad en la red.
Dicen en un artículo de El Pais, que la cultura -músicos, cineastas, y escritores-, están indignados. Pero yo me pregunto, ¿Quién es la cultura? ¿Quién la representa? La cultura, afortunadamente para este país, no son cuatro gatos que están en la élite y desean aumentar aún más sus cuentas corrientes; que en vez de tener dos chalets, les gustaría tener tres. La cultura somos todos. La cultura es cualquier persona del día a día, que hace eso, cultura. Que escribe, canta, ilustra, fotografía, diseña, y muchas cosas más, para poder pagar sus impuestos, tener un piso, y permitirse de vez en cuando algunos caprichos. Son personas que están básicamente al mismo nivel social que un mecánico, un carpintero, un administrativo, o cualquier otra profesión tan respetable. Como digo, por fortuna, la cultura es demasiado extensa y no se reduce a estos personajes del artículo citado.
Desde pequeño me han apasionado muchos ámbitos de la cultura, y me ha encantado compartir mis creaciones con los demás. No tengo chalet, ni siquiera coche. Vivo como la gran mayoría de personas de este país trabajando día a día para llegar a fin de mes, y cuando llego del trabajo, tengo ánimos y mucha ilusión para seguir creando, aunque muchas veces la remuneración brille por su ausencia. Para muchos es difícil de entender, pero cuando te gusta algo, lo entiendes. Y claro que aspiro a más, no voy a ser tan hipócrita como para asegurar que rechazaría mayor compensación por lo que hago. Todo el mundo quiere que le valoren su trabajo. Pero una cosa es que tu trabajo del día a día sea más o menos valorado, y otra muy distinta, lo que pretenden estos personajes que dicen representar la cultura del país, que es vivir de su obra por el resto de los días sentados desde el sofá, e irse enriqueciendo más y más. Sobretodo cuando solo son una pequeña parte de la cultura de este país, y deberían darse por unos enormes afortunados al tener un nivel de vida tan alto, en comparación al resto de los mortales, incluso de los que se dedican a lo mismo que ellos. Pero no, aún así, quieren más. Quieren que los que tenemos menos, les demos más. Es curioso, que en cambio, no digan que las subvenciones que ellos reciben, infinitamente superiores al resto de "creadores" -la mayoría, sencillamente no tienen-, las estamos pagando entre todos; y cuando digo todos, también me refiero al lampista que después se baja una canción, o al dependiente que mira una película por internet.
Y si hablamos de temas de robo y piratería, yo también me podría quejar. A mi también me han robado. Me ha robado la SGAE, que no está demasiado por la labor de fomentar la cultura en este país, sino por fomentar las arcas de aquellos que más tienen. Cuando hice mi primer cortometraje, nadie, por descontado, me subvencionó. Es más, perdí tiempo y dinero. Cada vez que grababa mi obra en un DVD estaba pagando dinero a la SGAE, por la cara, porque así lo dice un cánon sin ningún tipo de sentido. Grabé más de 100 cortometrajes, y me robaron más de cien veces por una obra que encima era mía, realizada con el sudor de mi frente. Esto fue en 2004. Desde entonces, han pasado seis años y he realizado muchos más proyectos que han ido aumentando las arcas de una institución que se proclama como la defensora de la cultura. Pues bien, yo también formo parte de la cultura, y más que defenderme, me han atracado.
Y esto sucede, cuando los ricos quieren ser más ricos, robando a los pobres.
Dicen en un artículo de El Pais, que la cultura -músicos, cineastas, y escritores-, están indignados. Pero yo me pregunto, ¿Quién es la cultura? ¿Quién la representa? La cultura, afortunadamente para este país, no son cuatro gatos que están en la élite y desean aumentar aún más sus cuentas corrientes; que en vez de tener dos chalets, les gustaría tener tres. La cultura somos todos. La cultura es cualquier persona del día a día, que hace eso, cultura. Que escribe, canta, ilustra, fotografía, diseña, y muchas cosas más, para poder pagar sus impuestos, tener un piso, y permitirse de vez en cuando algunos caprichos. Son personas que están básicamente al mismo nivel social que un mecánico, un carpintero, un administrativo, o cualquier otra profesión tan respetable. Como digo, por fortuna, la cultura es demasiado extensa y no se reduce a estos personajes del artículo citado.
Desde pequeño me han apasionado muchos ámbitos de la cultura, y me ha encantado compartir mis creaciones con los demás. No tengo chalet, ni siquiera coche. Vivo como la gran mayoría de personas de este país trabajando día a día para llegar a fin de mes, y cuando llego del trabajo, tengo ánimos y mucha ilusión para seguir creando, aunque muchas veces la remuneración brille por su ausencia. Para muchos es difícil de entender, pero cuando te gusta algo, lo entiendes. Y claro que aspiro a más, no voy a ser tan hipócrita como para asegurar que rechazaría mayor compensación por lo que hago. Todo el mundo quiere que le valoren su trabajo. Pero una cosa es que tu trabajo del día a día sea más o menos valorado, y otra muy distinta, lo que pretenden estos personajes que dicen representar la cultura del país, que es vivir de su obra por el resto de los días sentados desde el sofá, e irse enriqueciendo más y más. Sobretodo cuando solo son una pequeña parte de la cultura de este país, y deberían darse por unos enormes afortunados al tener un nivel de vida tan alto, en comparación al resto de los mortales, incluso de los que se dedican a lo mismo que ellos. Pero no, aún así, quieren más. Quieren que los que tenemos menos, les demos más. Es curioso, que en cambio, no digan que las subvenciones que ellos reciben, infinitamente superiores al resto de "creadores" -la mayoría, sencillamente no tienen-, las estamos pagando entre todos; y cuando digo todos, también me refiero al lampista que después se baja una canción, o al dependiente que mira una película por internet.
Y si hablamos de temas de robo y piratería, yo también me podría quejar. A mi también me han robado. Me ha robado la SGAE, que no está demasiado por la labor de fomentar la cultura en este país, sino por fomentar las arcas de aquellos que más tienen. Cuando hice mi primer cortometraje, nadie, por descontado, me subvencionó. Es más, perdí tiempo y dinero. Cada vez que grababa mi obra en un DVD estaba pagando dinero a la SGAE, por la cara, porque así lo dice un cánon sin ningún tipo de sentido. Grabé más de 100 cortometrajes, y me robaron más de cien veces por una obra que encima era mía, realizada con el sudor de mi frente. Esto fue en 2004. Desde entonces, han pasado seis años y he realizado muchos más proyectos que han ido aumentando las arcas de una institución que se proclama como la defensora de la cultura. Pues bien, yo también formo parte de la cultura, y más que defenderme, me han atracado.
Y esto sucede, cuando los ricos quieren ser más ricos, robando a los pobres.

viernes, 30 de julio de 2010

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