jueves, 11 de marzo de 2010

Nunca te compres un acuario I: "El inicio de la pesadilla"

Hay días que marcan tu vida. Hay momentos, que por una u otra razón, son inolvidables. Para bien, o para mal. Y uno de esos días, fue aquel 14 de Agosto que decidí comprar un acuario.

Yo era una persona normal. Bueno, más o menos. Con mis cosas, como todo el mundo; pero normal. ¿Nervios? Los justos. Se podría decir que hasta tranquilo. Pero a raíz de aquel fatídico día, todo cambió.

-¡Un acuario! -pensaba - con sus pececillos, el agua ondulando, esos cuerpos suaves y delicados, esa sensación de armonía. Yo quería uno. Así que decidí, con total ignorancia, como quién juega con fuego y no sabe que puede quemar, comprar un acuario chiquitito; de unos 26 litros. Para comenzar, más que nada. ¡Maldito pensamiento! Yo pensaba que era poner el agua, los peces, y ale, a disfrutar. Pero no. Primero, me explicó el de la tienda -nunca le perdonaré no haberme frenado en mi compra- que necesitaba ciclar el agua.
-Sí, usted debe colocar los filtros, estas piedras, mitad agua de grifo y mitad destilada, estas esponjas, y puede añadir alguna planta, algún objeto de decoración, no olvide echar estas gotas y estas otras; ah, y después de unos 15-30 días, que el agua estará ciclada, su acuario ya estará listo para que vivan los peces.
-¿Y no los puedo poner ya?
-No, no, ahora que ya le he vendido el acuario, ya se lo puedo decir, necesita todo lo que le he comentado antes de meter los peces.

Gracias chico. En fin. Que le comenté que me lo enviaran todo a casa. Al cabo de dos días, me llegó todo: el acuario, filtros, piedras, plantas, un jarrón y un tronco de decoración. Y nada, me puse a montar mi primer, y seguramente, último acuario. Comencé mirando las instrucciones; aquello era menos claro que un manual de Ikea. Llamé a la tienda para hablar con el vendedor; curiosamente, estaba menos simpático que el día de mi compra. Coloqué todo como me dijo. Esto aquí, esto allá. Mitad agua destilada, mitad agua de grifo. Gotitas para el cloro, otras para el ciclado. Esponjas aquí, piedras allá, carbón por aquí, bomba de agua por allá. En fin, que después de unas horas, estaba todo listo. ¿Todo? Bueno, todo no. Las plantas naturales que me habían enviado eran ligeramente muy altas -como el doble-. Vaya, no cabían en el acuario. Así que tuve que dejarlas sin poner. Pero ahí estaba mi primer acuario. ¡Estaba comenzando a crear vida!

Pasaron los días, y aquello seguía en marcha. En teoría, el agua debe ciclar y adquirir las propiedades necesarias para contener los peces. Así que al cabo de 15 días, fui a la tienda para saber si podían entrar a vivir mis esperados acuáticos hombrecillos.
-Pues tendremos que hacer una prueba del agua para ver como está.- Me dijo el dependiente.
Total, que al día siguiente le llevé un frasquito con agua del acuario para que pudiese ver si estaba preparada para los peces. ¿Resultado? Obviamente, no. Según me dijo, el PH del agua era muy alto, igual que la dureza. ¿Qué coño era esto, una probeta de 26 litros? Total, que tuve que hacer rectificaciones en el acuario; poner más agua destilada, y sacar parte de la que había, entre otras cosas. Al cabo de una semana hice un nuevo análisis de agua. Y nada, otra vez no. Esta vez, la dureza había bajado, pero el PH seguía alto. Que triste es tener un acuario vacío en casa. Venían visitas a casa: -Que bonito, ¡un acuario! A ver los peces...- No, aún no hay. -Ah, bueno, pero es bonito.- Sí ya.
Total, que yo seguía esperando. Mientras iba rectificando el maldito agua, compré unas plantas para el acuario; esta vez, de la medida correspondiente. Lo que parecía una simple compra, se iba a convertir en la peor de mis pesadillas.

Pasaron 10 días. La planta estaba un poco marchita. Fui a la tienda, y se lo dije al dependiente. -¿Le has puesto algún sustrato debajo? Es lo que hay que hacer si quieres tener en condiciones las plantas.- Gracias señor dependiente, ¿Y esto no me lo podría haber dicho cuando la compré? Total, que pasé del tema, y le dije que analizara por tercera vez el agua. Esta vez, el PH seguía algo alto, pero podía poner algunos peces. -¡Aleluya! Pensé. Así que por fin, después de un mes, pude tener peces en mi acuario.

Continuará...

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